Los ámbitos de aplicación de la iluminación con proyectores o por inundación son diversos y abarcan campos como la iluminación de áreas de trabajo o industriales, de fachadas y monumentos, de instalaciones deportivas y algunas aplicaciones en alumbrado viario (plazas, túneles, etc.). A continuación veremos los proyectores, las herramientas de cálculo y las aplicaciones.
Un proyector es una luminaria que concentra la luz en un determinado ángulo sólido mediante un sistema óptico (espejos o lentes), para conseguir una intensidad luminosa elevada en dicha zona. Las lámparas empleadas son muy variadas dependiendo del uso al que este destinado el aparato.
Los proyectores se clasifican según la apertura o dispersión del haz de luz que se define como el ángulo comprendido entre las dos direcciones en que la intensidad luminosa cae un determinado porcentaje (usualmente el 10% o el 50%) del valor máximo que hay en el centro del haz donde la intensidad es máxima.
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Clasificación de las luminarias según la apertura del haz de luz | |||||||||||||||||||||||||
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La forma de la distribución del haz de luz depende del tipo de proyector. Así, en los proyectores circulares puede ser cónico o cónico ligeramente asimétrico, obteniendose una proyección elíptica sobre las superfícies iluminadas. Mientras, en los rectangulares suele ser simétrica en los planos horizontal y vertical; aunque en este último plano también puede ser asimétrica y la proyección obtenida tiene entonces forma trapezoidal.
Para la denominación de un proyector basta indicar los ángulos de abertura en sus planos de simetría (vertical y horizontal normalmente). Por ejemplo, 10º/40º indica un proyector que tiene en el plano vertical 5º a cada lado del eje central y 20º en cada lado en el plano horizontal.
Finalmente, la eficacia del haz es la relación entre los lúmenes contenidos dentro de la abertura del haz (lúmenes del haz) y los lúmenes de la lámpara en tanto por ciento.
A la hora de plantearse un proyecto de iluminación por inundación, hay que empezar estudiando el ámbito de aplicación de nuestra instalación. Los más habituales son:
En cada una de estas aplicaciones, podremos encontrar los niveles de iluminación más adecuados para garantizar una correcta iluminación.
Una vez realizados los pasos anteriores seguiremos con la elección de los proyectores. Una regla a tener en cuenta es que mientras más lejos los coloquemos de la zona a iluminar, más estrecha será la apertura del haz necesaria. Por otro lado, para conseguir una buena uniformidad conviene solapar los bordes de los haces de los proyectores que iluminan la superficie a tratar. El emplazamiento de los proyectores depende de la aplicación a que destinemos la instalación y del entorno circundante. En zonas pequeñas puede bastar con un único poste donde esten todos los proyectores; mientras que en otras recurriremos a varios postes.
El cálculo del número de proyectores necesarios es muy sencillo y se realiza con el método de los lúmenes. Si se requiere más precisión, como en retransmisiones deportivas por TV, recurriremos al método del punto por punto. Para grandes instalaciones como estadios deportivos u otras análogas conviene realizar los cálculos por ordenador debido a su enorme complejidad.
donde:
Una vez realizados los cálculos, conviene hacer una comprobación de los resultados para verificar la bondad de los resultados. Los parámetros de calidad que se acostumbran a utilizar son la iluminancia media (Em) de la instalación y la uniformidad media (Emin / Em).
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